ASÍ, NO
- De musica y
- 4 oct 2020
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Las consultas populares, el referendum, o el plebiscito, como herramientas de democracia directa con la sociedad sobre cuestiones que inciden sobre su vida diaria, es un ejercicio positivo.
En Suiza, por ejemplo, se han hecho al rededor de 300 consultas ciudadanas sobre diversos temas, al igual que Irlanda del Norte y Escocia, en los que se celebró un referéndum sobre la permanencia en el Reino Unido, el primer caso terminó en un boicot y el segundo en un "sí".
Respecto América Latina, en Chile, en 1988, ganó el "no", en el plebiscito realizado para decidir si Pinochet seguía con su gobierno de facto. En Colombia, en 2018 se realizó una consulta popular con siete preguntas sobre modificar el salario y las sanciones de los servidores públicos, mismas que fueron desaprobadas.
Estos casos versaron sobre decisiones de orden político, mismos que no guardan similitud con la consulta popular discutida el viernes por la Suprema Corte. Aunque ya es momento que en México se arraiguen estos mecanismos de consulta ciudadana, creo que someter a consideración de la gente, una obligación de las autoridades de procuración e impartición de justicia como lo es la investigación y persecución de los delitos, sería violatorio de los derechos humanos de las víctimas, al hacer discrecional el ejercicio de esa obligación constitucional.
De las intervenciones de los ministros, la que me pareció más clara fue la de Javier Laynez Positek, quien, palabras más palabras menos, dijo que "la justicia no se consulta".
Al final quedó como pregunta, un galimatías que, por las razones ya expuestas, va a resultar ocioso y caro (8 mil millones de pesos), y si bien es cierto que México llega tarde al concierto de las naciones c
on esta tradición democrática, en esta ocasión no era necesario consultar al pueblo sobre algo que es una obligación del Estado Mexicano.
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